Lisboa, uno de mis destinos favoritos. Pintoresca y auténtica. La primera vez que estuve fue hace ya unos 6 años, me fascinaron sus calles empedradas, ese adoquinado tan característico, sus coloridas fachadas, con preciosos azulejos, su ambiente, olor, ese aire decadente. Una ciudad actual pero que ha sabido conservar su esencia.
Aquella primera visita (por cierto, inolvidable…) la hice con mis amigas y quizás fue un poco más guiada, de un sitio a otro, viendo todo! La segunda vez que estuve fue más improvisada. En esta ocasión estuve con Carlos. Si bien es cierto que visitamos los puntos claves de la ciudad, lo hicimos de un modo más relajado. Sin una ruta determinada y sin un plan concreto, sólo el de dejarnos llevar. ¿Nuestro plan básico?Sentarnos a tomar unos vinos en una terraza que encontramos por casualidad, perdernos en sus calles sin un rumbo fijo, no mirar el reloj, mezclarnos entre la gente,…
Por ello en este post no os voy a hablar de los sitios típicos ni de visitas obligadas. Eso lo podeis encontrar en cualquier guía turística o web 😉 Yo os invito a llevar una idea de lo que es la ciudad para, una vez allí, dejaros llevar. Creedme que se disfruta mucho más!
Mi idea es hacer una serie de posts de lo que fue nuestra estancia en Lisboa. Para empezar, lo haré con uno de los hoteles más increíbles de la ciudad, donde tuvimos el privilegio de alojarnos. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo…
Llegamos a última hora de la tarde, cuando ya había anochecido. El recibimiento no pudo ser mejor: una habitación de ensueño en uno de los hoteles más emblemáticos de Lisboa, situado en el corazón de la ciudad, el Four Seasons Hotel Ritz Lisbon, llena de pequeños detalles (incluida carta de bienvenida! ) que hacen ilusión y se agradecen. Fruta fresca, vino dulce, pasteles de Belem, típicos de la ciudad. No sé cuantos pudimos comer durante los días que estuvimos allí, perdí la cuenta… Tras cargar pilas, una ducha, disfrutar de una cenita rica y a descansar para el día siguiente!
El baño me fascinó, en mármol rosa y con productos L’Occitane! Confieso que soy una adicta a los productos de aseo de hoteles y más si son tan ideales como éstos. Me traje a casa todos los que no usamos, jejeje. Al no ser mis productos habituales de higiene, su olor me recuerda a nuestra estancia en este increíble hotel y eso es algo que ¡me encanta!
Look para la cena y foto en uno de los rincones del Four Seasons Hotel Ritz Lisbon. Y estas vistas desde la terraza de nuestra habitación antes de dormir. ¡Perfecto!
Y amanece un nuevo día! Muchas de seguir disfrutando Lisboa pero, sobre todo, deseando que llegara la hora de nuestro brunch. Y es que el Four Seasons Hotel Ritz Lisbon ofrece un Weekend Brunch, que nos dejó con la boca abierta y el estómago feliz.
Empezamos por el desayuno aunque, como digo, nos esperaba el brunch más espectacular que haya probado nunca. Así que, a pesar de la pinta que tenía todo el buffet del desayuno, nos moderamos y reservamos para el momento brunch, ahora entenderéis… ;P
Tomemos asiento… ¡empieza lo bueno! He de decir que adoro comer. Quien me conoce bien sabe que puedo llegar a ser un «saco sin fondo» con tal de probarlo todo. Pero en esta ocasión fue imposible, muchísima comida y toda con una pinta espectacular. Todo ello acompañado de una amplia carta de vinos y champagnes.
Empecé con sushi y otros entrantes variados fríos. Como digo, tuve que seleccionar, ya que la variedad era súper amplia. Entre mis favoritos: quesos de todo tipo, steak tartar, ostras, jamón y toda clase de embutidos, guisos de carne y otros platos de pescado,… Innumerables platos, que sólo fui capaz de comer con los ojos. Tenemos que volver para probar todo lo que no pudimos, jejeje.
Mi debilidad es el dulce, concretamente el chocolate. Así que me contuve con los platos salados sabiendo que me esperaba una espectacular mesa de postres. Os dejo algunas fotos, una imagen vale más que mil palabras!
Y después del festín, un ratito al sol en la espectacular terraza del hotel mientras hacíamos la digestión. Un ambiente super tranquilo, relajado, un placer!
Una de las zonas que más nos gustó del Four Seasons Ritz Hotel Lisbon fue el gimnasio que hay en la terraza, pista de atletismo incluída! La sala de maquinas es acristalada así que os hacéis una idea de lo entretenido que debe ser ponerse en forma allí. Reconozco que no tuve fuerza para probarlo pero Carlos sí que madrugó y pudo ver amanecer mientras entrenaba un rato. ¡Buena forma de empezar el día!
Yo, en cambió, aproveché para hacer unas fotos del look en la pista de atletismo, jejeje. No es lo mismo pero bueno , puede decirse que pisé el gym ;P
Un look desenfadado y casual, cómodo y en tonos que me encantan, camel y celeste. Sin complicaciones porque lo que menos apetece esos días de desconexión son looks imposibles.
Y hasta aquí el post de hoy. Espero que os haya gustado nuestra estancia en el Four Seasons Hotel Ritz Lisbon, un hotel que enamora y que nos conquistó en todos los sentidos! Sin duda, una experiencia inolvidable no solo gracias al espectacular hotel en si, sino gracias a la atención que recibimos y el trato exquisito desde que llegamos y durante toda nuestra estancia 🙂 ¡Deseando volver pronto!
Pronto nuevo post con más detalles y looks de nuestra escapada a Lisboa. Hasta entonces, sed felices!
Un abrazo,
ROCÍO.